¿Por qué elegir la tanatopraxia como profesión?
Estás dándole vueltas a la cabeza y no sabes todavía si esta sería una buena opción de trabajo para ti. Es normal que te acosen las dudas, pues al inicio no es un empleo sencillo de llevar. Muchas son las emociones por superar, los prejuicios por salvar, y como te puedes imaginar, también los escrúpulos que hay que dejar atrás. Ahora bien, supongo que esto ya te lo has planteado, así que en este apartado te mostraremos las principales cualidades que tienes que tener para acabar disfrutando de este oficio. Aquellas cosas que no te enseñarán en las funerarias o en las academias que impartan los cursos de tanatopraxia:
#1. Fuera escrúpulos:
Es normal tener cierto rechazo natural a una multitud de cosas, y quien diga que él es especial porque no es su caso, miente. El asunto es que trabajando en contacto directo con cadáveres verás cosas que te echarán para atrás. Recuerda que no todos los cuerpos llegan limpios y en perfecto estado.
Te cruzarás con cadáveres que tienen restos de sangre, heridas, pus y rastros graves de enfermedades que tendrás que tratar para disimular; cuerpos con malformaciones e incluso amputaciones. En fin, un completo catálogo de detalles que podrían echar atrás al más aguerrido de los estudiantes de esta carrera. ¿Acaso pensabas que el buen sueldo era simplemente por vestir “cuerpos 10”?.
Es importante resaltar que el tema no se para en lo que te puedas encontrar sobre la mesa, a veces los procesos que se les hacen a los cadáveres tiene “su cosa”. Tendrás que meter sondas haciendo aperturas en el cuello, limpiar íntegramente cuerpos, extraer fluidos, entre otros. ¿Estás preparado? Pues entonces ya tienes superado el punto que más dimisiones suele causar en este empleo.
#2. Respeto máximo:
De igual forma, la tanatopraxia es un trabajo en el que el respeto por los fallecidos y por sus familias debe primar. Tendrás que manipular los cuerpos con seriedad y practicando movimientos y técnicas con perfil profesional. Toma en cuenta que tendrás entre manos el cuerpo de una persona que tiene una historia tras de sí, a la cual hay mucha gente que le está velando. Y lo más importante, que merece tener un último adiós con respeto. Nunca sabrás si el “paciente” en cuestión fue una gran persona en vida.
#3. Cuidado con la religión:
Sobre este punto nadie habla, y que conste que encima puede ser uno de los más importantes en no pocos casos. ¿Profesas una religión que te impida manipular los cuerpos de los fallecidos en según qué condiciones o fechas?. Entonces ni te plantees este oficio, pues los cuerpos no pueden esperar a que sea el momento oportuno. Estos trabajos hay que hacerlos rápido cuando toque e independientemente del contexto que atañe al fallecido y del estado de su cuerpo. Por lo tanto, no puede haber impedimentos para trabajar. Incluso el hecho de que el fallecido sea una mujer, un miembro de otra religión o incluso un niño (lamentablemente se ven niños en estas salas).
#4. Habilidades manuales:
La tanatopraxia, envolviendo también a la tanatoestética, es un oficio que requiere de meticulosidad a la hora de ejecutar los detalles de maquillaje y reconstrucción. Hazte a la idea de que tendrás que reconstruir zonas que por un golpe o un accidente han quedado desfiguradas. Maquillar rostros que han empalidecido o incluso cambiado bruscamente por los efectos de una enfermedad, una quemadura, etc. Así pues, como comprenderás, tienes que tener cierta pericia haciendo trabajos manuales. Es algo que se aprende con la práctica, pero se consciente de que un mal resultado, como puede ser un exceso de maquillaje, puede alterar a la familia en el último adiós. Como dicen en uno de los vídeos puestos más arriba, “un buen maquillaje es el que no se nota”.
#5. Fuerza y estado físico:
Para transportar los cadáveres hay máquinas apropiadas. En el manejo del cuerpo hay que eliminar los signos del rigor mortis a base de fuertes masajes y movimientos sobre las extremidades. Y eso no es todo, pues también habrá otras situaciones donde tendrás que hacer fuerza constante para llevar a cabo tu trabajo. Por ejemplo, para colocar la ropa. De ahí que sea necesario que estés en forma y que hagas ejercicios de calentamiento antes de nada. Puede sonar a broma, sí, pero un tirón o una sobrecarga en las lumbares no es como para tomárselo a la ligera. A la larga se nota, así que hay que andar con cuidado.
#6. Optimismo:
Se han dado casos donde los empleados funerarios, al ver cómo un familiar o un amigo fallece, acaban notando cómo el trabajo les afecta al tener que tratar todo el rato con fallecidos. Les hace recordar y sufrir. Estas situaciones son complejas, y por ello es importante que tengas una visión optimista de la vida. Y que veas la muerte sin prejuicios; como algo más que sucede en el ciclo natural.
Tanatopraxia: Conclusión
Y finalmente un detalle que, si bien es “peculiar”, puede afectarte (sobre todo al inicio). Es el hecho de que posiblemente tengas que trabajar en una sala en medio de la noche. Hacer el trabajo directamente en un cementerio o que te encuentres con espasmos en los cadáveres. Con esto último no te asustes, pues es normal por las flatulencias y por encontrarse los nervios contrayéndose. Y respecto a lo del miedo “escénico”, pues es algo que se pasa rápido; aunque con el tiempo podrás dominarlos para que no te afecte al trabajar.
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