Procrastinación

Aunque puede ser un término desconocido, es común que todos los seres humanos la hayamos vivido.

La procrastinación es diferir o aplazar, es dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, en pocas palabras es falta de productividad y mucha desmotivación.

El posponer actividades puede ser porque resultan incómodas para la persona, difíciles o aburridas y se evita la aparición del estrés y el sentirse derrotado.

Es importante también, que muchas veces no se realizan las actividades por falta de motivación sino por ausencia de claridad, ya que este es un elemento clave para lograr buenos resultados. 

Suele asociarse la procrastinación con pereza, sin embargo, es porque no se tiene una clara conexión de qué se debe hacer y por qué es importante realizarlo. 

 

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Existen diversos motivos, incluso, psicológicos que explican por qué nos dispersamos tanto a la hora de avanzar en algunos proyectos. Muchas veces la causa principal es el autosabotaje ya que inconscientemente es la propia persona quien busca excusas para retrasar o no realizar una labor.

Entre las causas podemos mencionar:

  • Miedo al fracaso: es la causa más común, ya que la persona duda de sus capacidades y de poder hacer las cosas bien.
  • Perfeccionismo: al tener altos estándares personales, se creen incapaces de realizar una tarea.
  • Falta de motivación: cuando una actividad es considerada poco importante, fastidiosa o aburrida, se suele posponer.
  • Distraerse con facilidad: el uso de las RRSS es el más claro ejemplo de esto. Puedes estar horas dentro de las redes, ver televisión o cualquier otra cosa que te cause distracción antes de enfrentar la tarea.
  • Estrés o ansiedad: cuando se intenta evitar emociones negativas al realizar una actividad, tarea, meta u objetivos propuestos.
  • Poca planificación: al no tener los objetivos claros, la persona puede sentirse abrumada, perdida o no sabe por dónde empezar.

Si bien, existen diferentes causas para la procrastinación, identificarlas puede ayudar a superarla y ser más productivo.

Cambiar los planes que nos impiden crecer y llevar una vida más productiva impactará positivamente nuestra vida y nuestro futuro.

Para obtener el éxito profesional es necesario poder cumplir con las responsabilidades por sí mismos y cortar el círculo vicioso de la procrastinación.

Aunque el posponer las actividades puede reducir tus niveles de estrés y/o frustración, también puede traer consigo algunos aspectos negativos a la salud mental, emocional y física.

Dejar de procrastinar trae efectos positivos:

  • Reduce la ansiedad y el estrés: al abordar las tareas de inmediato, podemos reducir la cantidad de tiempo que pasamos preocupándonos por la culpa, la preocupación, el estrés y la ansiedad.
  • Aumenta la productividad: completando tareas de forma más rápida y eficiente para posteriormente poder dedicar más tiempo a otras actividades o al tiempo libre.
  • Mejora la calidad del trabajo: al trabajar bajo presión y con tiempos reducidos se puede descuidar la calidad del trabajo, por eso, lo ideal es realizar las actividades con tiempo suficiente para dedicar más tiempo a los detalles y mejorar la calidad.
  • Ayuda a alcanzar las metas: al abordar las tareas de inmediato, se progresa constantemente en las metas y se evita la sensación de estar atrapado o estancado en algo.

Estas estrategias mejorarán tu productividad y dejarán de lado la aparición de la procrastinación o en su defecto, podrán reducir su impacto en tu vida diaria:

  • Establece objetivos: se debe procurar que sean lo más claros posibles, específicos y motivadores a nivel personal. 
  • Utiliza la regla de los 2 minutos: esta hace referencia a que si se está planificando una acción que se puede realizar en ese tiempo, es mejor hacerla o planificarla. 
  • Toma decisiones: en pocas palabras, se trata de hacer un listado de cosas por hacer, entender qué significa realmente cada tarea y tomar una decisión al respecto. 
  • Aprende a decir que no: muchas veces las personas se cargan de tareas por no saber decir no.
  • Haz que sea divertido: si es una actividad aburrida, busca hacerla divertida a través de distintas técnicas: Pomodoro o Seinfeld, por ejemplo.
  • Identifica tus distracciones: para poco a poco ir cortando con ellas en los horarios donde debas trabajar o desees ser más productivo.
  • Divide las tareas en pequeñas porciones: el descomponer las tareas en partes más pequeñas y manejables permite reducir la ansiedad.
  • Practica la autorreflexión: siempre es necesario pensar sobre el comportamiento que tenemos ante situaciones de la vida, y a su vez, ayuda a generar ideas para identificar patrones y hábitos que eviten la procrastinación.

Para vencer la procrastinación se necesita práctica, disciplina y disposición, el establecimiento de metas realistas, el uso de técnicas de gestión del tiempo y determinar que nos distrae, sin duda, te ayuda a superar el sentimiento o necesidad de procrastinar.

A modo de conclusión, la procrastinación es un comportamiento común en las personas, posponer actividades o tareas en lugar de hacerlas, ya sea para aliviar el estrés, evitar la frustración, el miedo al fracaso, el miedo a ser juzgado.

Sin embargo, es importante destacar que aún cuando la procrastinación pueda ser un acto reflejo inmediato para aliviar esas sensaciones negativas de la vida, a largo plazo puede traer consecuencias realmente negativas tanto en lo personal como en lo profesional.

La clave para superar la procrastinación es manejar el tiempo de manera efectiva y establecer metas realistas, priorizar tareas, establecer plazos y herramientas de organización para alcanzar los objetivos trazados. 

La procrastinación puede ser superada con esfuerzo y dedicación, con el desarrollo de hábitos positivos y adopción de una mentalidad proactiva.

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