1. Empleados comprometidos

Trabajan con pasión y sienten una conexión profunda con su compañía. Impulsan la innovación y hacen avanzar a la organización.

2. Empleados desvinculados

Están “desprotegidos”. Van sonámbulos durante su día de trabajo, dedicando tiempo, pero no energía o pasión, a nada de lo que hacen.

3. Empleados activamente desconectados

No solo están descontentos en el trabajo; están ocupados actuando su infelicidad. Todos los días, estos trabajadores socavan lo que logran sus compañeros de trabajo comprometidos.

5 tipos de jefes que repelen a los empleados valiosos

Jefes que no reconocen las fortalezas únicas de sus empleados

La investigación está diciendo que la rotación es menor cuando los gerentes prestan crucial atención a las relaciones laborales y ajustan los trabajos de acuerdo con los talentos y fortalezas individuales. A la gente le encanta usar sus talentos y aún más si son únicos, y los buenos gerentes desarrollarán relaciones con sus empleados para descubrir cuáles son sus puntos fuertes y sacar lo mejor de ellos.

Jefes que se comunican mal

Sobre este punto, mucho se ha discutido y muy pocos tienen dudas acerca de la importancia vital que tiene la comunicación. Esta hace que el mundo funcione. Facilita las conexiones humanas y nos permite aprender, crecer y progresar. No se trata solo de hablar o leer, sino de comprender lo que se dice y, en algunos casos, lo que no se dice. La comunicación es la habilidad más importante que cualquier líder puede poseer, si busca alimentar sus relaciones laborales.

En la literatura de liderazgo, los empleados cuyos gerentes mantienen reuniones regulares con ellos tienen casi el triple de probabilidades de comprometerse que los empleados con gerentes que los ignoran.

Jefes que no comparten información

Una de las principales causas de la rotación, cuando se realiza de forma repetida e intencional, ocurre cuando los gerentes acumulan información para controlar su entorno. La otra cara son los gerentes que invierten en las relaciones con los miembros del equipo mediante la construcción de confianza a través de la transparencia. Como resultado, los empleados que trabajan para gerentes que comparten información trabajarán más por ellos, los respetarán más, serán más innovadores y resolverán problemas mucho más rápido. El sueño idílico para cualquier mando que busque optimizar las relaciones laborales

Jefes que microgestionan

Los gerentes que dominan a las personas y las decisiones se consideran muy controladores y egocéntricos. En consecuencia, la creatividad, la innovación, la moral y el rendimiento se ven sofocados a largo plazo. Los expertos aseguran que una frase que nunca debería salir de la boca de alguien con cargo intermedio que quiera hacer buen uso de las relaciones laborales es: “Yo soy el jefe”. Usualmente uno ve a muchos jóvenes profesionales exigir que la gente haga las cosas simplemente porque el jefe lo requiere, o actuar de forma agresiva y distante para mostrar su autoridad posicional. Demostrar que eres el jefe es un gran error que ciertamente debes evitar. Los líderes de hoy deben practicar el liderazgo de servicio.

Jefes que no valoran a sus trabajadores

Por último, este error puede ser el más crucial, no valorar a las personas. Estos son gerentes a los que no les importa, no saben cómo cuidar o, en algún momento, dejaron de preocuparse. Básicamente, es un jefe que cree que alguien es reemplazable y ve a los empleados como engranajes en una rueda en lugar de colegas dignos de ser tratados como socios comerciales en la producción de excelencia.

Relaciones laborales: Conclusión

Por otro lado, los gerentes que verdaderamente se preocupan por sus empleados crearán un entorno en el que las personas se sentirán psicológicamente seguras, lo suficientemente seguras como para experimentar, desafiarlas, ejercer su creatividad y sus fortalezas, y para expresar sus opiniones. Este tipo de lugar de trabajo se siente más como una comunidad porque el miedo ha sido expulsado de la organización.