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Riesgos laborales psicosociales: Factores preventivos

Los riesgos laborales psicosociales van de la mano con la experiencia del trabajo bajo estrés. Grandes estudios han mostrado sistemáticamente que el estrés en el trabajo se asocia con enfermedades cardiacas, depresión, y desórdenes en los músculos y esqueletos y hay mucha evidencia consistente que señala que el trabajo pesado, la falta de control y el desbalance entre esfuerzo y recompensa son factores de riesgos laborales psicosociales que aumentan nuestras posibilidades de sufrir problemas físicos y mentales.
Aunque el estrés no es una enfermedad, es una primera señal de que hay un problema. Si el cuerpo experimenta presión constante, el estrés puede ocasionar cambios crónicos en nuestro sistema, provocando daños en nuestros órganos a largo plazo. En los países desarrollados, esto tiene un significativo impacto en lo que se refiere a gasto público destinado a los programas de salud para trabajadores y en las estadísticas de ausentismo y bajo rendimiento, por lo que en los últimos años se han conducido estudios con la intención de determinar cuáles características organizacionales influyen en los riesgos laborales psicosociales.
Factores de riesgos laborales psicosociales
Falta de apoyo psicológico: los empleados que se sienten apoyados psicológicamente por colegas y supervisores, tienen mayor compromiso al trabajo, satisfacción, actitud más positiva, pertenencia y deseo de permanecer dentro de la organización. Cuando esto falta ocurren incrementos en el ausentismo, conflictos, pérdida de productividad y aumento de accidentes y lesiones en el lugar de trabajo.
Falta de cultura organizacional: la cultura organizacional son una serie de asunciones básicas sostenidas dentro de un grupo. Son una mezcla de valores, creencias, significados y expectativas que los miembros mantienen y son usados como guías para determinar lo que es considerado correcto con el fin de resolver problemas. Los riegos laborales psicosociales aumentan cuando una cultura negativa, o la falta de una cultura específica, perjudican hasta los mejores programas, políticas y servicios destinados a ayudar a la fuerza laboral en la realización de sus tareas. Una cultura deshumanizada y de constante caos puede crear un ambiente de desgaste y hastío.
Falta de un liderazgo claro: el liderazgo efectivo incrementa la moral de los empleados, la resiliencia, y la confianza y disminuye la conflictividad y la frustración. Los líderes que son más “instrumentales” en sus enfoques, es decir, orientados a los resultados y no tanto a optimizar las dinámicas psicosociales del trabajo en equipo, pueden fomentar riesgos laborales psicosociales a partir de la extensión de malas sensaciones entre los empleados, como irritabilidad y nerviosismo. Similarmente, los líderes que no se muestran preocupados por su salud física y psicológica, pueden dar un mal ejemplo a su equipo y deslegitimar la validez de cualquier proyecto.
Falta de civismo y respeto: un lugar de trabajo donde falte el civismo y el respecto puede llevar al agotamiento emocional dentro del equipo, conflictos y abandono del puesto de trabajo. Un ambiente laboral incivilizado e irrespetuoso también expone a la organización a amenazas legales. Un ejemplo del comportamiento irrespetuoso es el bullying, este es uno de los riesgos laborales psicosociales más prominentes. La exposición al bullying en el trabajo es asociado a complicaciones psicológicas, depresión, desgaste, ansiedad, agresividad y problemas psicosomáticos. Por otra parte, no solo afecta a los involucrados, sino también a los espectadores, ya que ellos también experimentan altos niveles de estrés.
Falta de conexión entre competencias y requerimientos: es necesario que dentro de la organización exista una apropiada conexión entre las competencias interpersonales y emocionales de los empleados y la posición que mantienen. Cuando esta conexión es pobre, los empleados pueden experimentar presión e inseguridad, que pueden expresarse en estrés emocional, falta de energía, mal humor y actitud defensiva, aumentando los riesgos laborales psicosociales y llevando a bajos niveles de productividad y al fracaso.
Falta de crecimiento y desarrollo: los empleados que no se sienten retados en sus trabajos se aburrirán, por lo que sus bienestares sufrirán y sus rendimientos disminuirá. Cuando el equipo no tiene oportunidades de aprender y mejorar sus habilidades interpersonales y psicológicas, el resultado será conflicto, falta de compromiso y estrés.
Falta de reconocimiento y recompensa: la falta de recompensa al buen trabajo disminuye la confianza del empleado en su labor. Los empleados pudieran sentirse desmoralizados o pudieran renunciar. Este desbalance entre esfuerzo y reconocimiento es un importante contribuidor a los riesgos laborales psicosociales, como el desgaste y el sufrimiento emocional, que llevan a un largo espectro de desórdenes psicológicos y físicos.
Falta de involucración e influencia: si los empleados no creen que tienen voz y voto en los asuntos de la organización, tenderán a sentirse indiferentes. La alienación laboral se asocia al cinismo, desmotivación y desgaste.
Un acercamiento comprensivo de parto de los empresarios, ejecutivos e investigadores es necesario ante los riesgos emergentes de nuestro cambiante mundo. Nuevos patrones de prevención, así como la implementación de habilidades suaves de liderazgo de parte de los directivos son importantes para mantener la buena salud de los empleados, y por ende, de las compañías.
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