Más creatividad, mejores negocios

La creatividad es un instrumento para conseguir cumplir un objetivo y una meta. Se recomienda a una empresa desarrollar la creatividad para poder diseñar productos innovadores al mercado, generar importantes márgenes de rentabilidad, un mejor posicionamiento dentro del sector, disminuir costos, procesos de producción eficientes, mejorar el clima laboral entre otros.

Hay diversas técnicas, cursos y estrategias para motivar y fomentar la creatividad en una empresa; es una verdadera inversión este tipo de acciones, inclusive a la hora de contratar un empleado nuevo se puede evaluar su nivel de creatividad para integrar al equipo personas abiertas y dispuestas a trabajar en un ambiente abierto y creativo.

Las empresas que desarrollan la creatividad y la aplican a sus operaciones y actividades son capaces de gestionar mejor en tiempos difíciles ya que encuentran estrategias alternativas para solucionar sus problemas y enfrentar los desafíos que el mundo de los negocios plantea.

Debes tomar en cuenta estas claves a la hora de emplear la creatividad en tu empresa:

Pensamiento creativo

Si quieres empezar a ser creativo, más vale que comiences a pensar de una forma más creativa e innovadora, el pensamiento creativo requiere práctica, y es necesario que te alejes de las tareas rutinarias para poder sacarlo a relucir e ir desarrollándolo.

Cuando estés tranquilo y relajado, puedes probar a dejar fluir tu imaginación, pensando en situaciones e historias curiosas, e incluso le des algunas vueltas a cuestiones de tu día a día que parecen no tener solución. No se trata de presionarse a pensar esquemas lógicos para resolver problemas, sino dejar fluir la mente, disfrutar de los pensamientos y descubrir nuevas posibilidades.

Aparca el pensamiento rutinario y la lógica cotidiana

Lo tradicional no tiene por qué ser mejor. Es más; muchos trabajadores realizan sus tareas de forma mecánica y rutinaria, en “modo automático y sin atreverse a abandonar su zona de confort ni a evaluar la realidad desde un punto de vista crítico o creativo.

Esta forma de pensar y de actuar puede ser útil durante un tiempo, pero llegará un punto en que será necesario cambiar el punto de vista y empezar a pensar de forma creativa, abordando los problemas con cierta originalidad. ¿Acaso alguien cree que haciendo siempre lo mismo va a obtener mejores resultados?

Potencia tu espíritu curioso

La curiosidad es la génesis del pensamiento creativo; a partir de aspectos de la realidad aparentemente irrelevantes, pueden surgir ideas, dudas, planteamientos, conexiones conceptuales entre otros

Todo aquello que nos llama la atención puede ser un estímulo para plantearnos nuevas realidades o posibilidades, nos empuja a informarnos y a establecer un criterio sobre las cosas.

Deja madurar tus ideas

Las ideas no nacen un buen día en su formato final. Las ideas, igual que las personas, nacen, crecen, se reproducen, y mueren. Cuando nacen, pueden ser un poco débiles y no valerse por sí mismas, por eso hay que dejar que se desarrollen, poco a poco y sin presión.

Con el tiempo, las ideas van madurando y se van amoldando a la realidad, siendo más útiles, prácticas, adecuadas y abordables. Tu intuición requiere libertad para que vaya dejando crecer tus ideas con la mejor salud posible, hasta que éstas dejen sus frutos, cristalizando en ideas más concretas y útiles para tu día a día.

Asume riesgos inteligentes

Todas las empresas asumen en algún momento ciertos riesgos. Apuestan por una idea que promete ser buena, por algún motivo. Estas ideas no siempre prosperan y, en algunas ocasiones, fracasan. Pero la única forma de poner a prueba una idea es esa: llevarla a cabo.

Este principio, aplicado al día a día del trabajador, es muy parecida. Durante tu rutina, es posible que vayas teniendo varias ideas ingeniosas sobre cómo optimizar un proceso, por ejemplo. Las ideas son abstractas y nada garantiza que si se llevan a término vayan a ser positivas, pero ¿cómo lo vas a saber si nunca lo intentas?

Sigue caminando

La creatividad a veces se esconde y no nos deja beber de su fruto, esto es algo completamente normal; los escritores conocen el síndrome de la página en blanco, en ocasiones, simplemente no estamos inspirados y nuestra intuición parece dormida.

La creatividad y el aporte de ideas debe ser un valor positivo y valorado en la empresa. Por lo que debe incluir a todos los trabajadores sin importar su función.

Se debe tener una mirada diferente y amplia de la realidad de la empresa, pero además del entorno como para poder adelantarse a los competidores en el mercado y diferenciarse de ellos.

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