La ciencia de liderar con instinto

Primero, vamos a compartir algo de ciencia. Veremos cómo trabaja nuestro cerebro. Éste, incluso hoy, es el órgano más sofisticado del planeta y ha evolucionado inmensamente, desde que nuestros primitivos ancestros se irguieron. El cerebro es como una cebolla, con capas que han cambiado a lo largo del tiempo. En su centro, vamos a encontrar la parte más antigua, el Tallo. Recíprocamente en su exterior, la capa externa, encontraremos la Corteza Frontal, lo más nuevo de nuestra “máquina de pensar”.

El Cortex frontal, nuestra más reciente adquisición cerebral, es la responsable de hacernos más sofisticados. Es responsable por cosas como la lógica, el pensamiento crítico, aprender y el lenguaje. Significa que, gracias a él, puedo escribir este artículo, y tú leerlo. En esta parte del cerebro, se aloja lo que llamamos, la mente consciente. El lugar donde nuestras imágenes mentales, se asocian con la lógica y la razón.

De vuelta, en la zona más primitiva del cerebro, directamente conectado con el Tallo, está el Ganglio Basal. Es el lugar del cerebro, donde yacen los hábitos, sentimientos, emociones, experiencias, memorias e instintos. Se la conoce, en los bajos fondos, como la Mente Subconsciente, y es donde tienen lugar todas tus decisiones. No algunas, todas. Se dice que el aprendizaje, tiene lugar en el Cotex Frontal pero, una vez que la conducta aprendida se convierte en hábito, las conexiones neuronales pasan a formar parte del Ganglio Basal.

La razón de esto, tiene dos aspectos. El primero, permite descansar al cerebro de tener que analizar cada cosa aprendida, repetidamente a lo largo de nuestra vida. Digamos que esto evitará que explote. Por otro lado, liberamos espacio en el frente de nuestro cerebro, para poder seguir aprendiendo cosas nuevas. Esto permite que no tengas que tomarte mucho tiempo, decidir que zapato va en el pie derecho, qué mano usar para sostener el cepillo de dientes, o analizar todos los procesos que hacen que puedas conducir hasta el trabajo, cada mañana.

Podemos concluir que, la mente subconsciente, en realidad está hecha de eventos que ya hemos experimentado, repetidas veces en el pasado y que se convirtieron en hábitos. Así, cuando estamos tomando una decisión basados en el instinto, en realidad nuestro cerebro analiza todo lo que hemos venido haciendo desde el nacimiento, hasta nuestros días. Lo que significa que todas las elecciones que creemos que son respuesta a sentimientos, también tiene todo de lógico. Sólo que no lo habías notado.

¿Nunca sucedió que, pasando por la entrada de un restaurante, dijiste “se ve bien, voy a comer aquí, y entraste? Permíteme preguntar, ¿qué parte de tu elección, fue racional? ¡Ninguna! No tenías idea de qué tipo de comida servía, el costo, tipo de servicio, y ni siquiera recibiste una recomendación.

Cómo ves, la decisión fue meramente ilógica. De todos modos, te aseguro que las posibilidades de que estuvieras acertado, eran enormes. ¿Por qué? Debido a que tus instintos se basaron en experiencias previas donde, probablemente, conociste un lugar que se viera, oliera o sintiera como ese nuevo, al que entraste, y te fue bien. De ahí, tu intuición acertada. Es así, como las personas saben en 4 segundos, si la música que oyen, les gusta; en 5 segundos, si una tienda de ropa, es la adecuada para comprar; en 30 segundos si una persona, es o no atractiva. La intuición viene de nuestro pasado, cosas que ya vivimos. Cuando la uses, recuerda que no estarás aplicando ningún tipo de herramienta mística.

Liderar con instinto en tu empresa

Ahora, hablemos de tu negocio. Lo creas o no, tu equipo está integrado por seres humanos, y tienen cerebros que funcionan, igual que tus clientes. Esto significa que toman decisiones basados en sentimientos, intuición, no en la razón. Como ejemplo, habrás tomado más de una decisión, para tu marca, que estudiaste y analizaste con esmero, pero no funcionó y, seguramente, lo contrario sucedió con alguna idea que simplemente te provocó utilizar, porque creíste que funcionaría, y lo fue un éxito.

Como líder de tu equipo, eres fuente y guía estratégico. Así que, aunque tus empleados y clientes piensen de forma ilógica, deberías se la voz opuesta, trayendo razón a las elecciones, ¿cierto? ¡No! Estarías privando a tu empresa de uno de los activos más valiosos con los que cuenta, tu visión.

Recuerda el ejemplo del restaurant, y lo bien que se sintió entrar y comer allí, y sin motivos aparentes. Cuando bien sabemos que a lo largo de tu vida, recogiste información suficiente para “sentir”, en ese instante, que el camino que debías tomar, era ese. Con tu marca, pasa igual. Tú la ideaste, elegiste como formarla y cómo hacer que funcione. Aunque escondieras tus ideas, bajo análisis, esquemas, estadísticas sobre tu tipo de mercado y la competencia, lo cierto es que todo nació y funciona gracias a que supiste como Liderar con instinto.

Así que, sólo siguiéndolos, podrás traer a la vida la visión que tienes de tu producto. Porque eso es lo que te hará sentir bien. Tú equipo y, al final, los consumidores comerán en tu restaurante, se pondrán tus zapatos o usarán tu app. El mejor consejo sobre esto que te podemos dar es que, cuando necesites pensar en un medio lógico para lograr el éxito en tus negocios, piensa en liderar con instinto.