Dirección de Empresas y Administración Financiera

Uno de los temas que más preocupa a los directivos y a la alta gerencia es la consecución de personal idóneo y capaz de hacerse cargo de la dirección de empresas. Encontrar personas confiables y con un buen manejo de las estructuras administrativas es bastante complicado. Un buen administrador debe proporcionar a los accionistas de la empresa una seguridad plena del conocimiento organizacional y de cómo desarrollar la gestión financiera encaminada a la toma de decisiones que conlleve la óptima generación de riqueza de la empresa.

Frente a la administración financiera y su gestión, el encargado de la dirección de empresas debe proveer todas las herramientas para realizar las operaciones fundamentales de la compañía frente al control, en las inversiones, en el manejo efectivo de recursos, en la consecución de nuevas fuentes de financiación, en mantener la efectividad y eficiencia operacional y administrativa, en la confiabilidad de la información financiera, en el cumplimiento de las leyes y regulaciones aplicables, pero sobre todo en la toma de decisiones.

Lo anterior se da como consecuencia de la necesidad de los órganos directivos de la empresa en buscar y cumplir los objetivos empresariales. Aquí es donde realmente los encargados de la dirección de empresas toman gran relevancia dentro del organigrama de la organización, ya que son ellos los que elaboran con su gestión el futuro deseable y seleccionan las formas para hacerlo factible. Hacen que las personas a su cargo funcionen como un sistema global utilizando las metodologías y herramientas necesarias para formar un grupo estratégica y tácticamente consistente que busque las metas empresariales propuestas por los altos mandos.

El contraste entre manejar y dirigir una empresa es bastante obvio, pero cuando se relacionan desde el punto de vista del crecimiento de la marca y su posicionamiento en el mercado actual, se pone de manifiesto que la perspectiva tanto del experto en dirección de empresas como la del administrador cambian. Entran factores que en ocasiones pueden afectar el correcto desempeño de los factores productivos dentro del ente.

Cuando los recursos son abundantes, la producción es masiva y controlada, la demanda del producto que se ofrece al mercado es de muy alto consumo, las fuentes de financiamiento son de fácil alcance o cuando por una u otra razón la empresa se encuentra en condiciones de solucionar problemas rápidamente, es más sencillo encaminar fuerzas para cumplir con los objetivos organizacionales. Sin embargo, si todos los factores que circundan la empresa no están controlados adecuadamente, el director y quien está a la cabeza de la dirección de empresas se ven en la necesidad de unir fuerzas para realizar e implementar una serie de estrategias que les permitan obtener los recursos necesarios para el adecuado desarrollo de la empresa.

Electricidad de mantenimiento: la necesidad de un plan

Los sistemas de control y distribución eléctrica generalmente son activos complejos y costosos, que necesitan de mantenimiento efectivo para poder ofrecer un rendimiento óptimo durante toda su vida útil. Los programas de mantenimiento a aplicarse deben desarrollarse de forma igualitaria, protegiendo todos los componentes involucrados en la generación y distribución de la energía eléctrica a través de toda la estructura operativa.

Para elaborar un plan integral de mantenimiento, se deben encarar las siguientes responsabilidades:

Coordinación de personal

para ello, el paso fundamental es determinar la situación actual, siempre creyendo que, a pesar de las características de los fallos o las precariedades, todo puede ser reparado. La especialización en electricidad de mantenimiento es vital para lograrlo. Seguidamente, se debe elaborar el plan teniendo en cuenta cuáles son los componentes cruciales y los menos cruciales. Para los equipamientos considerados indispensables, se deben desarrollar estrategias a ejecutarse dentro de los siguientes 12 meses, mientras que el resto debe proyectarse a 24 meses. De igual manera, dentro de un año también deben actualizarse los sistemas o componentes que sea posible. Finalmente, es vital contar con el suficiente personal necesario y con el apoyo de la gerencia para lograr los objetivos.

Asuntos prácticos

el informe de tu plan de mantenimiento debe detallar extensivamente cuáles son los recursos necesarios para implementar los cambios. Un técnico en electricidad de mantenimiento debe estar actualizado sobre los últimos inventos que puedan adquirirse para potenciar el rendimiento del sistema. Asimismo, debe detallarse el estado de los activos eléctricos y presentarse un historial de fallos y las causas potenciales de los mismos. Se debe mantener la documentación ordenada y al día, y se debe tener plena conciencia sobre las características y particularidades de cada uno de los equipos a inspeccionarse. Por último, el personal a ejecutar las labores debe estar debidamente entrenado, y dotado de las herramientas de trabajo y de seguridad, con el fin de realizar su labor de la forma más efectiva posible.

Finalmente, la aplicación de un plan de electricidad de mantenimiento traerá como resultados: la reducción de las paradas imprevistas; el funcionamiento eficiente e ininterrumpido de todo el equipo; la aplicación de reparaciones de emergencia inmediatas de ser necesarias; la prolongación de la vida útil de las instalaciones, sistemas y equipos; la conservación de los activos productivos y la compra consciente de nuevos equipos. El plan de mantenimiento permitirá a la empresa trabajar durante más tiempo con los activos con los cuales ya cuenta, y mantener su crecimiento sin la necesidad de hacer gastos innecesarios ni compras de emergencia; permitiendo dirigir dichos fondos a la optimización del rendimiento operativo, y por ende, a tener más ganancias.